El Mensajero había corrido la voz por todo el
Hogar de Crizto que la Poto Fruncío estaba preñá, que de la noticia estaba el
doscientos por ciento seguro, que la había visto levantarse con las gallinas,
que la había visto vomitar y comerse un membrillo en una estación que no
corresponde, que no sé si se habían dado cuenta, pero el cutis lo tiene bien
bonito y que el de “Región”, antes de irse otra vez, le había contado que en un
jugueteo-express, había comprobado que el maná brotaba de sus pezones oscuros.
¿Se han dado cuenta de que anda extraña? ¡Ustedes viven como pajaritos, si no
estuviera yo, no sabrían de lo que ocurre a su alrededor! ¿Notaron cómo asistió
en el parto imaginario de la Llorona? ¡Con qué amor le entregó la muñeca! Les
falta mucho….y el maricón se fue silbando a vagabundear y ahí quedamos todos en
el patio de los Gladiolos, haciendo memoria de cuál fue la última vez que
estuvimos con la “Poto Fruncío”.
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