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miércoles, 26 de diciembre de 2012

OTRO SUEÑO DE ÉSOS (15-2012)



La Medium no pudo dormir en toda la noche, algo la inquietaba. Arropó a la “Llorona” y fue a tomar un poco de aire. Ahí se espantó: La luna tenía una argolla oscura y creyó ver al cachúo entre los Gladiolos. Se acercó de a poco y vio una bola de pelos que se rascaba con la pata trasera : Era Sábado. Lo intentó echar, pero no hubo caso. “¿También te sientes solo, amiguito? Acá todos estamos solos" y lo arrulló en su pecho para sentir el calor que el animal transmitía. “¿ Quién te dejó entrar? ¿ Tienes amo?” El perro comenzó a ladrar  a penas me vio llegar con un poco de comida. “Es mío-le dije a la Medium- no podía dejarlo otra vez en la calle. Al menos por esta noche se quedará acá y en la mañana, bien temprano, lo despacho. A este perro le debo la vida” Encendimos un pucho compartido y nos quedamos mirando cómo “Sábado” se  servía  el pobre banquete nocturno. Le pregunté qué hacía a estas horas y ella me contó que otra vez volvió a soñar cosas que no le parecen correctas. Un escalofrío me recorrió por completo, todos saben de los sueños de la Medium y cuando comienza con eso de que "otra vez tuve un sueño de esos", desaparecimos olímpicamente de su lado. Pero en este caso sólo debía apechugar, no me quedaba otra. 
Después de un largo suspiro, dijo: “Soñé que todos estábamos muertos, pero muertos-muertos, amontonados en los rincones del Hogar de Crizto . Lo extraño no era que estuviésemos muertos ( siempre en mis sueños estamos muertos, así qué más da),  lo extraño es que estábamos luminosos, incluso el Siniestro irradiaba soles. Era tanta la luz que brotaba de nuestros cuerpos que la noche la transformábamos en día. El único que no estaba luminoso era Benito Parranda y nosotros mismos intentábamos darle un poco de nuestra luz, no importando que quedáramos opacos. Lo tocábamos con nuestras manos, bailábamos a su alrededor, pero no había caso, seguía gris y él nos sonreía y nos decía que no nos preocupáramos, que se daba por pagado. Y luego cayó en el piso y nadie lo recordó ¡No es justo, Crusoe, no es justo!” Y la Medium lloraba con una tristeza profunda. La abracé fuerte, incluso “Sábado” acudió a consolarla. “ ¡Son tonteras mías, quizás!-dijo secándose las lágrimas con las manos- Desde chica tengo sueños así. Toda la gente que amo tiene que desaparecer, por eso me niego a sentir amor por alguien. Debo estar sola, eternamente sola, creo que es lo mejor,  porque no me merezco que alguien sienta cariño por mi : por una mujer que en sueños asesina a la gente que ama” Le di palmaditas en su robusta espalda “¡Luminosos nosotros, Crusoe, jajajaja , qué estupidez más grande! Acá el único luminoso es él ( y apuntaba con el pucho a la oficina de Benito Parranda) Nadie más que él, porque te lo doy firmáo, que si las profecías de Aiyún son ciertas y aterriza una nave nodriza  a rescatar a los elegidos, el primero que tiene su boleto reservado es Benito Parranda. Nosotros nos quedamos acá, bajo tierra, porque para eso nacimos, Crusoe, para ser olvidados”
La noche seguía su curso, las oscuras argollas de la luna habían desaparecido, ahora ésta parecía sangrar en un costado. El patio de los Gladiolos se iluminó con un púrpura intermitente. Corrió un viento helado, “Sábado” se escondió en la falda enorme de la “Medium” que entró en un trance profundo. Primero pensé que se había dormido, pero no, me di de eso cuenta cuando me agarró de las  manos y comenzó a hablar en un inglés perfecto .Fue ahí que la vi , vagando de cabina en cabina telefónica, buscándome, sin encontrarme.

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