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sábado, 10 de septiembre de 2011

VINO TINTO (10-2011)

De repente siento que no pertenezco a este mundo y que por eso soy un mendigo y el más despreciado de todos los mendigos, porque incluso soy despreciado por mis pares y saben qué? ¡¡Este maldito pijama a rayas no ayuda para nada!!! Lo más trágico de todo es que no encuentro por ninguna parte mis harapos favoritos, es como si los hubiesen donado para hacer huaipe o qué sé yo!!! Sin ir más lejos fui a la oficina de Benito Parranda a hacerle el reclamo correspondiente, pero me dijo que no tenía idea y luego, de la nada, me comenzó a contar que muy pronto estaría por estos lados el Arzobispo de Santiago du Chili y que le había encargado al Chabelín un espectáculo para recibirlo, que le encantaría hacer un coro de mendigos para amenizar la visita de la autoridad y algún vinito de bienvenida, porque me recordó que el Crizto, de vez en cuando, se tomaba su cortito y me guiñó un ojo y sacó de su sacro-escritorio una botella de la mejor cepa y sellada. Me dijo que las uvas con las que se hizo este vino fueron de los últimas vides del Monasterio de los Monjes Beodos. Yo decía para mis adentros que Benito Parranda me estaba agarrando pal webeo y no, mira, me decía, mira la etiqueta, aquí dice bien clarito, Mo-nas-te-rio de los Mon-jes Be-o-dos, ves? Y más abajo dice el año, mil novecientos setenta y tres, ya hace como treinta y tantos años atrás. Sí, me decía ahora triste, todos los Monjes fueron a parar al fondo del mar o acallados en el desierto….y ahí se persignó el bueno de Benito y yo sólo lo oía y hasta se me olvidó el motivo de mi visita. Todos ene-punto-ene-punto, quién sabe dónde están sus cuerpos…y ahora con esto del avión que se estrelló en Juan Fernández, qué trágico, no? Y comenzó a beber de la boca de la botella y de verdad  creo que no se dio ni cuenta y, de  ella salió un aroma exquisito que inundó toda la oficina del bueno de Benito…¡hasta los cuadros de los santos llegaron a emborracharse! Creí ver el cuadro de Santa Cartuchona siempre virgen, masturbándose copiosamente y al de San Pelafustán enseñando los estigmas de su corazón de diamante. Siéntate acá, me dijo Benito acercándome una silla. Sabes? Yo los quiero mucho a todos ustedes, son como mis hijos y si uno de ustedes llora, lloro; si alguno de ustedes pasa frío, yo también paso frío y si a alguno de ustedes osan insultarlos, es que a mi me están insultando, entiendes? Sí, le dije, entiendo y el bueno de Benito se acercó a mi y me abrazó y comenzó a palmotear mi espalda con una efusividad que me paralizó como estatua de sal. Sabes? Me dijo con los ojos inyectados en lagrimones, pensamos que te perderíamos así como perdimos al Manco Saavedra. En las condiciones que llegaste al Hogar....uffffff........y sólo pronunciabas un nombre…Inglaterra?..umhhh., cuál era? No..no, Bretaña, sí, Bretaña, ése era el nombre, decías "mi Bretaña", eso decías…

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